La feina s'ha tornat una de les grans preocupacions per a tothom i encara més per tots els joves migrants temporers que tenen por a no poder ser contractats per la crisi sanitària que ha portat el coronavirus.
Per això, la Vanguardia va anar a entrevistar als joves que formen part del programa social Cultiva i Educa de Gimenells (Lleida) com a principals afectats i els hi va agafar el seu testimoni.
A continuació us adjuntem part de l'entrevista i deixem l'enllaç per poder accedir a l'entrevista al complert.
“Necesito el contrato, es lo que más me importa. Llegué con la patera de Marruecos. Tengo 18 años cumplidos el mes pasado, a ver si se puede alargar este plazo”, cuenta Soulayman en Gimenells, el pueblo de Lleida en el que vive, en una vivienda de la Fundación Privada Obra Tutelar Agraria, entidad colabora con la Direcció General d’Atenció a la Infància i l’Adolescència (DGAIA) en la atención a menores. Tiene un centro en Lliçà de Vall (Barcelona) y dos pisos Gimenells en (Lleida).
También trabaja en la viña Younes Kessi. Él es menor de edad, tiene 17 años. Llegó a España hace dos años y cuatro meses y le gustaría seguir trabajando en el campo. “El 30 de junio lo mejor para mí es quedarme trabajando donde estoy si hay contrato, sino buscar, otra cosa y si no hay, pues mal,”, cuenta. En agosto cumple 18.
El el centro de Gimenells viven menores extranjeros que llegaron a Catalunya sin familia. Cuando cumplen 18 pasan a otros centros de extutelados pero la epidemia de la Covid-19 les ha impedido los movimientos. La responsables de las Vivendes de Santa Maria de Gimenells, Marta Angrill, cuenta que son chavales que “se lo están currando mucho”, por lo que sería una pena que en julio se quedaran sin papeles.